domingo, 21 de julio de 2013




´Alí y Abú Bakr (Allah este complacido con ellos) estaban sumergidos uno y otro en la búsqueda de la verdad. Cuando el Profeta Muhammad (Allah le bendiga y le de la paz) se refugió en la caverna, ´Alí (Allah este complacido con el) pasó esa noche en la cama del Profeta (Allah le bendiga y le de la paz); se expuso así a sacrificar su vida para salvar la del más eminente de los hombres eminentes. Por otro lado, Abú Bakr (Allah este complacido con el)  acompañó al Profeta (Allah le bendiga y le de la paz) en la caverna y jugó así su vida por la del Profeta. Ambos expusieron, pues, sus vidas por él de forma diferente. ¿Serías, pues, fanático contra estos personajes, que uno y otro han sacrificado sus vidas por su amigo? Si eres el hombre de éste o de aquél, si experimentas simpatía por éste más que por aquél, haz profesión al menos de sacrificar tu vida como ellos. Guarda silencio y deja de apasionarte con respecto a los primeros califas. Tú conoces, ¡oh, hijo mío! a ´Alí y a Abú Bakr (Allah este complacido con ellos) e ignoras lo que son Allah, el espíritu y el alma. Deja ya ese hecho histórico, que está sellado y sé día y noche hombre de verdad como Rabiah. Rabiah no era una mujer, ella valía como cie hombres de la cabeza a los pies; el amor de Allah la dominaba por completo. Estaba siempre sumergida en la luz divina; estaba libre de las cosas inútiles y sumergidas en el amor divino.


Farid Uddin Attar :: Mantic Uttair

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